domingo, 11 de marzo de 2012

VISITAS INDESEADAS

Quienes me conocen bien saben que la caña de azúcar es el cultivo más cercano a mis afectos y, seguramente, el que mejor conozco. Por eso, y por la importancia propia de la agroindustria cañera en la economía regional y nacional, es que en esta columna verán artículos referidos a este rubro con mayor frecuencia de la que algunos quisieran.

Hoy, por ejemplo, ya iniciada la “Serie Cañera”, nos dedicaremos brevemente a hablar sobre una plaga de este cultivo que nos hizo una desagradable visita el año pasado.

Aunque yo he visto directamente el daño causado por la plaga en los cañaverales de la zona cercana a Montero, muy parecido al que dejaría una manada de elefantes al entrar a un cañaveral, no tuve, sin embargo, ocasión de ver a la plaga causante que, lejos de ser elefantes, muchos me han descrito como gusanos encorvados, de color blanco sucio, parecidos a esos que llamamos trochos y que usamos como carnada, para pescar.  En efecto, los trochos son la fase larval de muchas especies de coleópteros, esos insectos cascarudos y como blindados que conocemos con el nombre común de escarabajos o etores.

Los que supuestamente vieron la plaga, dicen que vieron escarabajos de diferentes formas, tamaños y colores, y que también los vieron en su fase larval. Estos gusanos, llamados también de “gallina ciega” en castellano y de “pão de galinha” en Brasil,   pertenecen a diferentes géneros pero en el caso del que hablamos, parece nomás que se trata de la especie Euetheola humilis, misma que está presente desde siempre en nuestro medio pero que hizo su aparición dañina y masiva este año motivada por alguna condición favorable.

La literatura consultada indica que esta especie tiene picos poblacionales periódicos pero poco frecuentes, que es muy influenciada por las condiciones ambientales y, por lo tanto, sus picos de población ocurren cuando se alteran algunos de los factores climáticos o de manejo de los sistemas de producción, que controlan su abundancia.

El ataque observado consiste en la muerte de raíces y ruptura de los tallos en su porción más cercana al suelo, en la base, debilitándolas y haciéndolas susceptibles al vuelco, con lo que el viento tumba las cepas y da al cañaveral la imagen de que le haya pasado un huracán, o como dijimos antes, como si se le hubiese entrado una manada de elefantes.   Así, además del daño directo (caída de la caña y necesidad de cortarla de inmediato), se produce un daño para la cosecha siguiente, pues el cañaveral queda despoblado, ya que gran parte de las cepas son volteadas de cuajo.

En el caso del severo ataque ocurrido el año pasado, el surgimiento de la plaga estuvo supuestamente asociado a un periodo de sequía que hubo al inicio de la zafra, y el ataque parece no haberse limitado a los suelos arenosos.  En cuanto a cambios en los sistemas de producción, que podrían ir desde la forma de preparación del suelo, el uso de fertilizantes orgánicos, la modalidad de cosecha, entre muchos otros, habría que estudiar el tema más a fondo y ver qué cambios, si acaso alguno, se han operado en los cultivos de las propiedades afectadas para ver si hay alguna correlación entre estos eventuales cambios y el ataque de la plaga.

De cualquier forma, la lucha de Euetheola humilis vs. Sacharum spp. se definió a favor de los primeros, dejando muchos cañaverales pelones, con baja población, y más listos para ser revolcados que para ser cosechados el próximo año. 

Un desastre…sobre todo si consideramos que muchos de esos cañaverales eran de caña hoja o primeras socas, y todavía no estaban listos para ser revolcados…Un desastre, sobre todo si consideramos que la plaga atacó campos que estaban destinados a proveer semilla para la expansión de cañaverales… Un desastre, sobre todo si consideramos que este año se pensaba  dar arranque al periodo de recuperación de nuestros cañaverales ya cansados y ávidos de renovación y rejuvenecimiento. Un desastre…sobre todo si consideramos que estos etores acabaron antes de tiempo con las pocas hectáreas de caña que yo tenía.

Nada de humildes, pues, estos Euetheola humilis, nada de juegos infantiles lo de las gallinas ciegas, nada de escarabajos estos etores que nos tuvieron de cara pa’ arriba, mirando a ver si no venían más todavía…

Conviene, pues, seguir atentos, sobre todo porque la literatura consultada no ofrece muchas opciones efectivas de control,  ya que no es fácil controlar estos insectos utilizando insecticidas, debido a que su capa externa quitinosa y poco permeable les da baja susceptibilidad a la acción de contacto de los insecticidas.

Esperemos nomás que el año que empieza no nos espere con otra de estas antipáticas visitas. Este es precisamente el tipo de visitas a las que, por indeseadas, hay que ponerles la silla más incómoda, o dejar de barrer y poner la escoba tras la puerta, para que sepan que ya es hora de que se vayan.

Y esperemos también que el año que empieza no nos traiga otra visita indeseada, la de una enfermedad que nos acecha y nos quiere visitar: La roya anaranjada de la caña de azúcar, que ya llegó al vecino y sobre la que trataremos en la próxima entrega…

riopalo1962@gmail.com